
Éste chavalito, inglés, con cara de muerto viviente es Kevin Nicolle. Tuvo un mal día como puede tenerlo cualquier persona sólo que al amigo se le atascó el pedal del acelerador y la palanca de cambio (el coche era automático) sin poder ponerlo en punto muerto. Intentó frenar su BMW 318 pero, claro, fundió los frenos y apagar el coche no es una opción porque se queda sin dirección. Total mucho trafico y cada vez más rápido. Finalmente se metió en una rotonda en la que volcó. A esas alturas ya estaba a casi 100 kilómetros de donde comenzó su periplo. El chavl salió sano y salvo y la policía no levantó cargos contra él...no todo iba a ser malo.
VIA:Autoblog
2 comentarios:
Eso mismito me pasó a mí una vez con un monopatín. Empecé a darle a la patita y cuando me subí me di cuenta que no tenía frenos.
Si es que eres un temerario Manue!!!
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